Reducir la brecha digital

¿Cómo reducir la brecha digital?

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La brecha digital se ha convertido en un quebradero para algunos colectivos, por lo que hoy me pregunto cómo reducir y combatirla.

Cómo reducir la brecha digital

¿Qué es la brecha digital?

Es la desigualdad de acceso y utilización de las TICs entre los usuarios de estas herramientas. Hay que tener en cuenta que sin unas destrezas digitales mínimas, muchas personas se encuentran fuera del sistema.

Hace muchos años, podía parecernos que no tener acceso a las tecnologías de la información y comunicación no suponía una desventaja. Ya que teníamos otros medios para poder acceder a los servicios, tanto públicos como privados.

Desde hace unos años, y en especial desde la pandemia del 2020, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación se han convertido, aún más, en una herramienta esencial en nuestra vida. Las necesitamos para comunicarnos, informarnos, compramos, cuando viajamos, en vacaciones, en restaurantes o para hacer un trámite burocrático.

Por eso, es fundamental que todos los usuarios tengan las mismas posibilidades de acceso a estas tecnologías, para mitigar las desigualdades. Las diferencias se intensifican en diversos colectivos, sobre todo los más vulnerables. Estos colectivos son los de las personas mayores, los que tienen algún tipo de enfermedad, población en núcleos rurales, desempleados,…

Trabajar en cambiar la desatención al público por parte del sector público y privado es esencial para que esta brecha se pueda reducir de forma sustancial.

Reducir la brecha digital

Ejemplos para entender mejor el problema

Son cientos de ejemplos los que podemos citar para comprender mejor la necesidad que tenemos de utilizar la tecnología y cómo la brecha digital supone un problema:

Sanitario: para pedir una cita para ir el médico ya no podemos hacerlo llamando por teléfono o acudiendo a nuestro ambulatorio. Desde el inicio de la pandemia, debemos hacerlo a través de nuestra app en el móvil, teniendo un usuario activo, lo que dificulta el acceso a estos colectivos.

Restaurantes: cuando vamos a comer fuera, en la gran mayoría de restaurantes ya no tienen carta, por lo que es necesario leer el código QR con nuestro móvil. Si tenemos un móvil antiguo ya no será tan fácil poder pedir nuestra comida.

Vacaciones: plantearse reservar las vacaciones se ha convertido en algo casi imprescindible hacerlo con un ordenador o móvil. Tanto para comprar los billetes para el avión o para el tren es obligatorio hacerlo de forma online, ya que así podemos comprarlo más barato y generalmente más rápido. Pero para el caso del alojamiento también es casi imperativo hacerlo con un portal de comparativa de precios de diversos hoteles. Sino lo hacemos con una agencia de viajes, que habitualmente es más caro, es la única forma de poderlo reservar. Además, en la mayoría de ocasiones, para reservar un viaje en tren o reservar un alojamiento, será necesario tener cuenta como usuario, lo que hace que la brecha se agrande.

Brecha digital

Más ejemplos sobre estos problemas digitales

Servicios básicos en vivienda: para poder dar de alta la luz, cambio de titularidad en las facturas del agua, ofertas en la fibra, contratar un seguro para el domicilio… Todos estos trámites a los que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida, se han trasladado del canal telefónico o presencial al canal digital.

Por lo tanto, necesitamos contar con una serie de destrezas digitales para poder comparar las diferentes empresas que hay en cada sector, por ejemplo, en telefonía, y las tarifas de cada uno. Especialmente porque existe publicidad engañosa, ofertas temporales o letra pequeña en los contratos. Incluso, en algunos casos, solo podemos acceder a ciertas ofertas si contratamos el servicio a través de la app o de la web, lo que obliga a los usuarios a manejarse bien con estas herramientas.

Banca: es uno de los casos más fragantes de los últimos años. En el caso de las entidades bancarias han pasado de un modelo de negocio personalizado, en el que conocías a tu gestor personalmente, a un modelo más impersonal. El cierre de oficinas, la reducción de cajeros, el incremento de comisiones y los despidos de personal… Todos estos factores han hecho que las transacciones bancarias se hayan trasladado de las oficinas a internet.

Cómo podemos reducir la brecha digital

Existen muchos casos en los que se puede trabajar para encontrar soluciones a la brecha digital, lo primero de todo es ser comprensivos con estos colectivos.

  • Ayuda en las entidades financieras: mantener el número de oficinas físicas, tanto en ciudades, pero sin lugar a dudas en pueblos. Por supuesto, seguir contando con suficientes gestores para ayudar a los clientes. Tanto a los que acuden a las oficinas, a los que están en los cajeros. Cómo los que llaman por teléfono para que les ayuden.
  • Administración pública: cualquier trámite que se haga en los servicios públicos, deben facilitar que todo usuario pueda hacerlo de forma sencilla. Por ello, se debe invertir en mejorar las páginas web de ayuntamientos y administraciones. Por supuesto, contar con teleoperadores y empleados públicos que ayuden para que se reduzcan tiempos de espera y errores.
  • Cambiar el prisma en la rentabilidad: muchos de los cambios desarrollados por la digitalización por las empresas se han realizado mirando únicamente en conceptos monetarios. Pero es obligatorio balancear la digitalización y centrarse en que los clientes y usuarios se sientan comprendidos e integrados.
¿Cómo reducir la brecha digital?

La brecha digital puede minimizarse

Sin lugar a dudas podemos reducir la brecha digital, pero es evidente que es necesario un esfuerzo por todas las partes. En especial por parte de empresas y administración pública. Tienen que dedicar recursos y tiempo en mejorar sus servicios, ofrecer formación y prestar más atención a estos colectivos discriminados.

¿Qué medidas deberían incentivar la administración pública para combatir la brecha digital?

¿Es factible que la brecha digital se incorpore como un problema adicional en la agenda de los políticos?

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