Los influencers son en la actualidad uno de los activos que más valoran las empresas, pero en muchas ocasiones, es difícil encontrar al influencer que se adapte con las necesidades, e idiosincrasia de la empresa a la que debe representar y ayudar a conseguir sus objetivos organizativos.
Hoy analizo a los influencers y su papel cada vez más decisivo en las estrategias digitales de las marcas.
Los influencers, o influenciadores, son aquellas personas que se caracterizan por tener una masa de seguidores lo suficientemente grande, y comprometida, como para que una acción o un producto que utilice el influencer, se convierta en algo que van a utilizar o probar los seguidores por la simpatía y cercanía que les produce.
La independencia es una de las características o requisitos que caracterizan a los influencers, ya que un seguidor de un influencer valorará de forma positiva, e incluso, puede llegar a creerse que está utilizando un determinado producto, por ejemplo, un perfume, porque simplemente le gusta, y no porque la marca en cuestión le ha pagado para que suba una fotografía a las redes, o un vídeo a su canal de Youtube, utilizando el producto concreto, aunque éste es un punto polémico por las implicaciones que tiene, ya que si el influencer sólo utiliza artículos porque le pagan, puede llegar a aburrir a sus seguidores, al perder naturalidad, y estar forzado a utilizar productos que no estén alineados con su imagen.
El influencer puede entender que su actividad debe ser remunerada, y que al principio puede realizar algunas acciones de forma gratuita o desinteresada para darse a conocer, pero llegará un punto en que quiera comenzar a monetizar su actividad en las redes sociales, y trabajar con una marca o varias puede ser la vía para ganarse un sueldo, o puede ser que la colaboración se convierta en una relación duradera con la empresa, y que se convierta en trabajador de la organización.
¿Influencers, prescriptores o famosos?
Ésta es una duda que muchas empresas y empresarios pueden tener al valorar utilizar este canal de marketing para realizar acciones comerciales que les generen un retorno positivo, bien en términos de marca, de ventas, de reconocimiento, o incluso, para lanzar un nuevo servicio.
Mi distinción entre estos tres conceptos es la siguiente:
– Influencer: persona anónima, que gracias a las redes sociales y a internet, consigue ser conocido por un grupo de personas, seguidores, el cuál les influye según lo que comenta a través de los social media.
Los influencers han llegado para quedarse en las estrategias de marketing digital de las empresas
– Prescriptor: es la persona que puede influir a un determinado colectivo, para que haga o no algo, es decir, positivamente o negativamente. Un prescriptor puede ser un influencer, pero también puede ser tu cuñado, que te recomienda cambiar los neumáticos de tu vehículo en el taller cerca del Carrefour, es decir, un prescriptor puede ser cualquier persona.
– Famosos o personalidades: hace referencia a personajes famosos, tanto cantantes, actores, presentadores…, que se han hecho famosos gracias a su trabajo. Los famosos pueden ser influencers, pero también pueden ser prescriptores.
Ejemplo de marketing con influencers
Un reciente ejemplo del uso de famosos o personalidades por parte de una empresa es el caso de Samsung, con su campaña #SomosSmartGirl, en la que ha contado con las actrices Blanca Suárez y Paula Echevarría, entre otros rostros conocidos, para vincularse con las mujeres, los valores que representan, y asociarlas con sus dispositivos móviles, en especial con el smartphone Samsung Galaxy S9+, cuya campaña de publicidad está actualmente en pleno apogeo en muchas capitales españolas.
¿Has trabajado alguna vez con influencers para lanzar campañas de marketing?
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Felicidades compañero! muy bien explicado.
Por mi ecperiencia, donde funcionan mejor estas campañas es en Instagram, aunque como bien conentas… no hay que perder de vista Youtube.
Sólo una puntualización, la huelga fue el 8 de Marzo 🙂