Últimamente he escuchado mucho hablar acerca del mínimo producto viable o MVP y me gustaría acercarme más a este concepto, y a su relevancia para desarrollar cualquier tipo de negocio. Casi todos las empresas que han triunfado han apostado por un mínimo producto viable y a día de hoy han conseguido grandes resultados.
El mínimo producto viable (MVP, del inglés Minimum Viable Product) se define en la Wikipedia como un producto con suficientes características para satisfacer a los clientes iniciales, y proporcionar retroalimentación para el desarrollo futuro. Algunos expertos sugieren que un MVP en B2B también significa vendible: “no es un MVP hasta que lo vendes. Viable significa que se puede vender”.
Por lo tanto, si diseccionamos este concepto tenemos una primera idea de lo fundamental que es desarrollar un MVP. Es el producto que un comprador puede adquirir y que satisface una necesidad. Pero hay que tener en cuenta que es mínimo porque puede tener muchas variaciones o versiones en sus características para mejorarlo.
Gracias al lanzamiento al mercado del mínimo producto viable le permite a una empresa obtener la mayor cantidad de información valiosa y validada gracias a los early adopters. Con esta información pueden seguir trabajando en refinar el producto o servicio para así mejorar el producto. Con ello buscan el objetivo de comercializarlo entre un público más amplio (y llegar así a una masa crítica de clientes).
Una startup, empresa o compañía emergente, compañía de arranque y compañía incipiente se utilizan en el mundo empresarial aplicados a empresas de reciente creación, normalmente fundadas por un emprendedor o varios. Tienen una base tecnológica, son innovadoras y supuestamente con una elevada capacidad de crecimiento. Así es cómo se definen las startups según la Wikipedia.
Por lo tanto, que una startup consiga un mínimo producto viable es terriblemente importante para asegurar su futuro, sobretodo cuando su base tecnológica es tan volubre, estando en constante cambio y evolución.
Otra de las características que definen a las startups es la posibilidad de virar en sus desarrollos en cualquier momento, a diferencia de las grandes empresas, que normalmente tienen más problemas para adaptarse ante cambios bruscos en su entorno o de sus clientes. Si una startup detecta una necesidad latente entre sus clientes, puede mejorar su mínimo producto viable de forma rápida, para tratar de adelantarse a sus competidores, y explotar la ventaja competitiva durante el máximo tiempo posible.
El mínimo producto viable o MVP para conseguir su desarrollo debe cumplir con una serie de características:
Algunas métricas que podemos tener en consideración para evaluar el mínimo producto viable es:
Podemos encontrarnos con cientos de ejemplos de mínimos productos viables que han funcionado, algunos de los más conocidos son:
En conclusión, desarrollar un mínimo producto viable es una increíble idea para comenzar a trabajar en un mercado concreto. Pero la posibilidad de seguir investigando y analizando oportunidades será vital para asegurar el futuro del producto y servicio, y con ello de la empresa.
¿Has participado en alguna ocasión en el desarrollo de un mínimo producto viable?
¿Qué es lo más complicado de desarrollar un mínimo producto viable?
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Metodología Lean Startup y Mínimo Producto Viable (MVP)
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