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Los mejores embajadores de una empresa

Hoy me gustaría reflexionar sobre la importancia que tienen los trabajadores de cualquier empresa, porque muchas veces se habla de la importancia de que los clientes queden completamente con los servicios y productos que vende una empresa, pero muchas veces se olvida de que los primeros prescriptores de una marca son los propios empleados de la empresa.

¿Por qué son tan importantes los trabajadores en la imagen corporativa?

La imagen corporativa se compone de diversos elementos a tener en consideración: reputación, reconocimiento, calidad de los productos y servicios, excelente servicio postventa, facilidades de pago y por supuesto, que se dice de la empresa por parte de sus stakeholders o grupos de interés empresariales.

Los trabajadores siempre han sido una de las piezas fundamentales para que la imagen de la empresa salga fortalecida en su entorno próximo, y en el caso de las PYMES es todavía más importante y significativa la excelente gestión de la imagen corporativa.
Pero en el caso de las pequeñas y medianas empresas, en muchas ocasiones, la gestión de esta imagen corporativa y reputación es mala y en algunos casos nefasta.

En la gestión de los procesos de búsqueda de empleo para cubrir vacantes, las empresas tratan de estirar al máximo los plazos, buscar las opciones de contratación más baratas y que menos impliquen a la empresa. Pero se olvidan de tener una estrategia, una misión, visión y unos objetivos bien definidos, cuantificables y anclados a un horizonte temporal.

Los trabajadores deben de hablar bien de la empresa donde están trabajando, pero en muchas ocasiones, a los directivos de las empresas, el prestigio que tiene la empresa les importa poco, y se preocupan más de que exista una posible crisis offline o online, antes de que surja un comentario negativo de un trabajador o ex trabajador porque no han sabido hacer una gestión adecuada de los recursos humanos de la organización.

Los comentarios negativos pueden dañar el prestigio de una empresa, no sólo a corto plazo, sino a largo plazo, porque el trabajador o ex trabajador seguirá hablando mal de su antigua empresa cuando cualquiera le pregunte sobre la empresa o sobre su trabajo.